El profesor de Sociología de Comunicación en la Universidad Austral (Buenos Aires) y de Media Relations en la Escuela de Posgrados en Comunicación (EPC), Juan Pablo Cannata, ha alertado sobre la existencia de «una nueva escala de valores en el debate» de las redes sociales en el que la gente opina «mucho» y con lenguaje «bastante hostil».
«Estas nuevas reglas se encuentran en una agenda emergente que está en evolución por lo que no resulta tan fácil opinar incluso en el caso de las personas formadas –ha revelado Cannata en una entrevista con Europa Press–. Entonces suceden dos cosas: o el tema se vuelve invisible porque al desconocerse se aborda mal o que se sumen a una ola de expansión de los valores».
Cannata se encuentra actualmente en España como invitado por la Universidad de Navarra en el marco de la celebración de jornadas en torno al discurso público, las agendas sensibles, controversias, comunicación no hostil, amenazas y oportunidades, y el entorno cultural de la comunicación. Además, el experto ha dado diversas conferencias a instituciones educativas de Madrid sobre los valores de la sociedad actual y la comunicación.
En este sentido, el experto ha señalado que existen una especie de «manuales de instrucciones» sobre cuál es la «manera adecuada de conversar» para tratar «temas sensibles».
Según el argentino, el problema radica en que si alguien comete «un error en un tema sensible directamente recibe una especie de escarmiento publico y una sanción definitiva». A su juicio, este es el caso de los hechos que sucedieron en 2011 al nombramiento del concejal de Ahora Madrid, Guillermo Zapata, como secretario de Cultura, cuando se descubrieron algunos de sus tuits que sobre el holocausto judío o la víctima de ETA, Irene Villa.
«Esos comentarios transgredían las reglas de la conversación con el tema del holocausto y puso en riesgo toda su reputación y tuvo que renunciar a su cargo porque se consideró que no tenia la dignidad necesaria para tenerlo y esto es algo que actualmente se produce frecuentemente», ha señalado.
En opinión del argentino, la discusión pública es una «dinámica» en la que la gente «se acostumbra a vivir» porque también existen algunos dirigentes políticos «muy habilidosos» que tienen un manejo de esa dinámica «muy potente».
No obstante, el problema, a su juicio, radica en la «dificultad» que existe de estos debates pues la opinión de la sociedad «se dispersa» y hace que «no se llegue demandas concretas de coherencia social» que puedan ser «de utilidad» a los mandatarios por lo que «no se ayuda a los gobiernos a tomar decisiones concretas».
«Creemos que convivimos con bastantes debates de valores sobre temas que están sobre la mesa pero son agendas complejas con un vocabulario propio», ha aseverado. «Es fácil tener una opinión sobre un tema pero ya no lo es mantener una conversación que no afecte a las sensibilidades que son muy plurales y muy fáciles de ofender», añade el argentino.
«TEMAS BLANDOS»
«Estudiamos cómo se van formando y cambiando los debates, por ejemplo, actualmente hay una problematización del azúcar como el nuevo tabaco, una mayor preocupación por el bienestar de los animales, el cuidado del medio ambiente, los derechos de la mujer o la atención a personas con discapacidad», ha relatado el profesor.
Estos temas «blandos» son sin embargo, según Cannata, cosas que afectan «de manera profunda» a las personas y se convierten en un «reclamo de la gente». «Por ejemplo los padres empiezan a demandar menús vegetarianos en los colegios y las empresas cambian su planteamiento sobre cómo ofrecer sus servicios», ha señalado.
Todas estas cuestiones, asegura el argentino, muestran la «necesidad de estudio y profundización» en torno a estos temas y sobre cómo «manejar la dinámica» con el objetivo de tener «un mejor debate democrático».