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Futuro. Una palabra que genera distintas reacciones. Cuando se trata de la industria mediática, quizás vértigo, adrenalina.
El cambio no viene solo. Es la reflexión colaborativa la que da la perspectiva para pensar y adaptarse a tiempo. Por eso Future Media Worldbuilding Challenge, el 𝘸𝘰𝘳𝘬𝘴𝘩𝘰𝘱 que dictó el Austral World Building Lab en ISE Business School, fue una oportunidad para que los profesionales pudieran proyectar el escenario futuro del negocio de los medios en Brasil. Dirigido a alumnos de maestría, periodistas y directivos de la industria de medios, tuvo lugar en San Pablo, Barasil, los días 5 y 6 de septiembre.
A través de la metodología World Building para la Innovación Social, propuesta por el diseñador de producción Alex McDowell, los participantes trabajaron con un modelo de diseño sistémico denominado mandala. En cuatro etapas y de modo colectivo, armaron escenarios posibles para los próximos cuatro años y otros para 2034.
¿Los temas conversados?
La conectividad satelital a alta velocidad, el éxodo hacia pequeñas ciudades en busca de calidad de vida y la creciente preferencia por contenidos humanos sobre los generados por IA.
¿Los resultados?
Personajes, historias disruptivas y mundos desarrollados de manera colaborativa. Y, sobre todo, una mirada entrenada para construir desde ahora el futuro que se busca.
¿La experiencia en boca de otros?
Felipe Malta, uno de los asistentes, comentó: “Me sorprendió el método. Y me siento animado a imaginar más, a utilizar más el poder de la imaginación y la creación de historias que aún no son reales. Me recordó que la actividad de la imaginación lúdica también puede traer resultados prácticos e incluso ayudar a predecir escenarios”.
¿La experiencia desde la mirada de nuestros referentes?
Teresa Bosch, directora del Austral World Building Lab: “Sabemos que es un ejercicio a veces desconcertante; hay momentos en los que hay mucha incertidumbre, por tener que gestionar un sistema de creación de mundos tan complejo y abstracto. Requiere de un poder de diálogo muy profundo y una reacción muy rápida para entender las consignas y aplicarlas. Y, sin embargo, las conclusiones a las que se llegan en equipo hacen valer el proceso”.
A su vez, Florencia Aguilar, codirectora del Austral World Building Lab, confirmó que “el poder está en la colaboración y en construir este mundo juntos. Abordar un proceso de estas características de forma individualizada no es posible».
¿La filosofía detrás?
En palabras de Teresa Bosch: “Esta experiencia me recordó que, como profesionales de la industria, somos los verdaderos «arquitectos del futuro, no sus víctimas», parafraseando al gran Buckminster Fuller Institute. Los cambios en nuestra sociedad dependerán de nuestra capacidad para imaginar y crear nuevos escenarios”.