En 1819 el filósofo franco-suizo Benjamin Constant publicó uno de los textos más leídos en la historia del pensamiento político, De la libertad de los antiguos comparada con la de los modernos, cuyas ideas principales serían retomadas en 1958 por sir Isaiah Berlin en Dos conceptos de libertad. A juicio de Constant, la libertad de los antiguos era una libertad eminentemente positiva, una “libertad para”, sobre todo para participar de los asuntos públicos, en la vida de la polis o el foro, mientras que la libertad de los modernos es fundamentalmente una libertad negativa, una “libertad de”, en especial la condición de ser libres con respecto a cualquier tipo de coacción o violencia.