La industria de la energía en el mundo y en particular en Argentina plantea, para las próximas décadas, desafíos tecnológicos, regulatorios, económicos y financieros que sólo podrán enfrentarse si se unen los esfuerzos del estado como regulador y orientador de las políticas energéticas con las empresas del sector a través de programas, proyectos de investigación y desarrollo. Además, incluye, la transferencia de tecnología y de conocimiento, para lo cual las universidades como centros de pensamiento independientes, con capacidad de gestión ágiles y dinámicas, son los más adecuados para su concreción.
