En la sociedad actual, se suele asociar la gestión profesional con el ámbito laboral, mientras que el hogar se percibe como un espacio que funciona de manera natural y sencilla. Sin embargo, gestionar un hogar familiar requiere de competencias tan complejas y estructuradas como dirigir una empresa. Son importantes aspectos como la existencia de procesos eficientes, el bienestar de sus miembros y el desarrollo de habilidades que les permitan crecer como personas y convivir en armonía.