La Universidad Austral y Amazon Web Services brindaron una capacitación en Transformación Digital para funcionarios de Gobierno de la región

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La Universidad Austral y Amazon Web Services brindaron una capacitación en Transformación Digital para funcionarios de Gobierno de la región

La Universidad Austral, en conjunto con Amazon Web Services (AWS), llevó adelante el programa de Educación Ejecutiva en Transformación Digital para el Sector Público.

Con el fin de impulsar y promover una transformación digital de los servicios públicos a través de la tecnología y fomentar el desarrollo de ecosistemas mejor preparados para satisfacer las necesidades y demandas de los ciudadanos, la Escuela de Gobierno, el Centro de Industria 4.0 de la Facultad de Ingeniería, el IAE Business School de la Universidad Austral y el AWS buscaron generar un espacio de articulación y capacitación para representantes del sector público.

Con una visión de la temática desde un foco innovador, pero centrado en la personas y en potenciar al hombre, se compartieron experiencias, iniciativas y casos reales que buscaron fortalecer la vinculación y abrir el debate de gobiernos, organizaciones y empresas que participaron del programa.

Celina Cantú, Directora del Master en Políticas Públicas, destacó que “los gobiernos tienen la oportunidad y el desafío de la innovación tecnológica. Esto no solo implica la propia transformación digital de los organismos públicos y la incorporación de nuevas tecnologías para ofrecer soluciones al ciudadano, sino también la gobernanza de la innovación digital y la integración con el ecosistema innovador”.

Por su parte, Laura Pan Nogueras, Directora del Programa de Industria 4.0, explicó durante una de las exposiciones una de las principales inquietudes que se presentan: cómo implementar proyectos de transformación digital y cuáles son sus beneficios concretos. “Presentar casos de éxito, contados por sus protagonistas, permite quebrar esta barrera y compartir no solo los buenos resultados obtenidos sino también las lecciones aprendidas para ayudar a quienes quieren emprender proyectos a una implementación exitosa”, sostuvo la representante de la Facultad de Ingeniería de la Austral.

El curso se brindó de manera online, con una modalidad híbrida y constó de 3 módulos con dos semanas de contenidos suplementarios a demanda entre cada encuentro.

Las charlas fueron dictadas por profesores de la Austral expertos en la temática: Daniel Anzorena, Director de Departamento de Industrias y del Centro de Industria 4.0; Laura Pan Nogueras, Directora del Programa de Industria 4.0 y Coordinadora de Formación del Centro de la Industria 4.0; Celina Cantú, Directora del Master en Políticas Públicas de la Escuela de Gobierno, y Héctor Rocha, Director de la Catedra Desarrollo Integral Sustentable del IAE Business School; acompañados por expertos de AWS y de toda la región.

Las industrias alrededor del mundo deben adaptarse al constante cambio y evolución tecnológica para mantenerse a la vanguardia y poder mejorar todos sus servicios. Es por esto que los gobiernos alrededor del mundo están adoptando una política de transformación tecnológica que no solo aumentará su eficiencia, sino que, al mismo tiempo, generará un valor y un impacto positivo en la sociedad, mejorando las condiciones de vida para el desarrollo integral de los ciudadanos y organizaciones.

“En el taller, demostramos cómo agilidad, seguridad y escalabilidad de la nube permiten a los gobiernos adaptarse y cambiar rápidamente en beneficio de sus ciudadanos, Con la nube, es posible democratizar el acceso a tecnologías altamente sofisticadas, ayudando a las agencias gubernamentales a innovar en diversos procesos”, explicó Andrés Tahta, director de AWS.

“En el primer encuentro, a fines de septiembre, se proponían 5 ideas para una revolución 4.0 focalizada en el desarrollo humano integral. Al finalizar el encuentro, más de 70 funcionarios reconocían que la mayor parte de los esfuerzos 4.0 estaban focalizados en la eficiencia interna del gobierno para un mejor servicio al ciudadano. Entonces, surgía la pregunta: ¿cómo usar la tecnología como herramienta para la creación de ecosistemas público-privados para el desarrollo integral sustentable centrados en la persona?”, reflexionó Héctor Rocha, del IAE Business School, al ser consultado al final de la capacitación.

El desafío consta en usar la tecnología como herramienta para el desarrollo integral sustentable centrado en la persona, y no en la implementación de la tecnología porque sí.

Desarrollar roles y habilidades para una organización 4.0

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Desarrollar roles y habilidades para una organización 4.0

La Industria 4.0 es hoy en día una
realidad para las organizaciones que empiezan a identificar la necesidad
de pensar en nuevas funciones y capacidades a desarrollar.

¿Qué necesitamos para generar valor a partir de los grandes volúmenes de
datos disponibles? ¿Cómo trasladamos la conectividad y capacidad de
procesamiento a nuestra propuesta de valor?¿Qué características deben
tener quienes interactúen con los sistemas ciber físicos? y, por sobre
todo, ¿Cómo implementamos esta transformación en la organización?

La Industria 4.0 trae beneficios asociados que la vuelven atractiva para las organizaciones. Entre ellos se encuentran la mejora de eficiencia, la mayor flexibilidad y agilidad de respuesta y la posibilidad de mejorar la experiencia del cliente y de pensar en nuevos modelos de negocios. Sin embargo, estos beneficios solo serán alcanzables si se implementa desde un abordaje holístico en el que no solo se implemente tecnología, sino que se desarrollen otras capacidades necesarias, especialmente aquellas vinculadas con las personas. Estudios en la temática destacan que «una vez que se solucionó el gap relacionado con la infraestructura, el capital humano se vuelve la principal dificultad a sortear». La implementación de 4.0 requiere romper con los paradigmas establecidos. Repensar el ciclo de vida del producto, pasar de la estandarización a la adaptación, dejar de centrarse en el producto para hacerlo en el cliente, invertir y gestionar en proyectos con alcance incierto y equipos interdisciplinarios.

Estos nuevos paradigmas requieren el desarrollo de nuevas habilidades y conocimientos respecto de aquellos que existen y se desarrollan actualmente.

¿Qué habilidades deben desarrollar las organizaciones para enfrentar el contexto actual?

Esta necesidad de incorporar nuevos conocimientos y habilidades se produce en todos los niveles de la organización. Podemos comenzar analizando el diseño de la estrategia, actividad que se ha vuelto más compleja dado un entorno mas inestable y difícil de predecir, en el que las ventajas competitivas del pasado pueden volverse vulnerables. Cada vez más, las empresas deben operar con varias líneas de negocio y canales, lo que implica diseñar y gestionar simultáneamente diferentes estrategias requiriendo de los líderes, habilidades particulares para visualizar el mercado y encontrar vías competitivas.

A esta complejidad se agrega la de manejar la ambidiestralidad, balanceando la visión y asignación de recursos entre la explotación y la exploración. Por un lado, incorporando capacidades digitales que colaboren en la excelencia operacional del negocio actual, a fin de ser más eficientes y mejorar la experiencia del cliente (hacer mejor lo que se sabe hacer). Por otro, tratando de identificar y ensayar nuevos modelos de negocio soportados fundamentalmente por los habilitadores tecnológicos actualmente disponibles. Los líderes deberán diseñar los equipos de personas más adecuados para ambos tipos de actividad y gestionar la interacción entre ellos.

Acompañando esta complejidad creciente es cada vez más frecuente la conveniencia de recurrir al ecosistema para identificar e integrar diversos jugadores; esta también es otra tarea que requiere dedicación y conocimiento por parte de la dirección.

La sensibilización respecto a qué es y cuál es el impacto potencial de la 4.0 es el primer paso para que los niveles directivos puedan liderar, soportar y habilitar los cambios en la forma de trabajo, pero también es necesaria la sensibilización a lo largo de toda la organización, incluyendo las áreas de soporte. Cada persona es un actor necesario para poder encarar proyectos de transformación digital y transitar las etapas hacia dicha meta.

Las tecnologías de información (TI) y las capacidades digitales asociadas a los recursos productivos, son habilitadores de esa transformación. Sin embargo, para lograr implementar un cambio duradero se requiere trabajar en la estructura organizacional y la cultura de las personas. Por un lado, la organización acompaña en la medida que adapte adecuadamente los procesos y las formas de trabajo, cree nuevas áreas, funciones o cargos y modifique el modo de colaboración con clientes y proveedores. Por otro, deberá facilitar un cambio de mentalidad en todos los colaboradores hacia una actitud proactiva frente a las tecnologías digitales, considerar los aportes que cada persona pueda realizar en pro de mejorar su actividad diaria, y brindar los medios y la oportunidad para que todos se capaciten en los temas necesarios para su trabajo.

Esta capacitación no deberá considerar únicamente las «habilidades blandas», sino que se requieren también un particular soporte para ayudar a incorporar habilidades y conocimientos técnicos, especialmente en los niveles operativos, dado el impacto que tienen las posibilidades actuales de automatización.

¿Qué características deben tener los nuevos profesionales para agregar valor a las organizaciones?

Los desafíos que las organizaciones enfrentaran para transformarse digitalmente llevan a tener que redefinir los perfiles profesionales. Esta necesidad se observa con frecuencia en congresos del ámbito académico y se vio reflejada en el número de paneles relacionados con temas de formación en el 3er Congreso Internacional de 4.0 organizado en 2020 por la Universidad Austral en conjunto con otras instituciones publico-privadas.

Desde la Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral, se ha llevado adelante un relevamiento incluyendo a más de 100 profesionales, docentes y representantes de empresas que permiten obtener conclusiones interesantes sobre los Ingenieros Industriales, quienes ocupan un rol clave en liderar la transformación digital, trasladables a otras carreras afines vinculadas a la gestión logística y la cadena de suministro. Se observó la necesidad de contar con profesionales de perfil generalista, con mirada holística y estratégica, capaces de integrar habilidades de gestión y visión por procesos; y de resolver problemas complejos en un entorno dinámico. Estos perfiles deben combinar pensamiento lógico y analítico para, a través de los datos, la programación, la modernización y la simulación, tomar decisiones asertivas, que mejoren la eficiencia en el uso de recursos.

A su vez, deberán gestionar las tecnologías para responder rápidamente a los cambios en el entorno. En un contexto VICA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo) resulta indispensable formar profesionales flexibles que se adapten a las circunstancias, con capacidad de aprender y desaprender continuamente. Para esto, y como requisito para la innovación, es muy importante que los nuevos profesionales sean resilientes, que puedan aprender de los errores y crecer a partir de ellos.

Hay consenso en el ámbito profesional, empresarial y académico de que las llamadas habilidades blandas no pueden ser reemplazadas por la tecnología, y que es en las relaciones humanas donde pueden encontrarse obstáculos al pleno aprovechamiento de estas nuevas tecnologías. Entre estas habilidades la que más se destaca es la calidad humana, seguida por la comunicación efectiva, también es necesario saber trabajar y liderar equipos multidisciplinarios, interculturales e intergeneracionales, contando con la empatía y la inteligencia emocional como herramientas. Estas dos habilidades ayudan, también, a comprender las necesidades de todos los stakeholders en la cadena de valor y en la propia organización.

¿Cómo avanzar hacia el desarrollo de las habilidades 4.0?

Como se puede observar, estamos ante un contexto cambiante en el que el rol de la persona se redefine y que demanda habilidades organizacionales e individuales diversas. Nos enfrentamos a un espectro de habilidades necesarias amplio que va desde la capacidad de interpretar al otro a la de interpretar un algoritmo complejo.

Hallar la mejor forma de desarrollar estas habilidades, ya sea en los recursos actuales o a través de nuevas incorporaciones, no puede ser tarea de una única organización sino que requiere de un esfuerzo conjunto.

Son necesarias acciones en las que el sector empresarial, junto con el gobierno y la academia logren la formación de personas con las características necesarias para lograr mayor competitividad y generar valor, pero a su vez, puedan controlar la disrupción. Solo así podremos avanzar hacia una transformación digital en la que la persona ocupe un rol central.

» Universidad Tecnologica Nacional (UTN), Facultad Regional General Pacheco (FRGP), junto con la Asociación de Industriales de la Provincia de Buenos Aires (ADIBA), la Fundación INCYDE de España y la Universidad Austral.

[1] Social and economic impact of digital transformation on the economy – Union Internacional de Telecomunicaciones (ITU)

Por:

  • Mercedes Augspach – Directora de la Carrera de Ingeniería Industrial de la Universidad Austral.
  • Laura Pan Nogueras – Directora del Programa de Industria 4-.0 y Coordinadora de Formación del Centro de Industria 4.0 de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral.
  • Daniel Suarez Anzorena – Director del Centro de Industria 4.0 y del Departamento de Industrias de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral para Revista Énfasis Logística.

Nota publicada en Revista Énfasis Sudamericana, edición Octubre 2021. Ingresá aqui.

 

 

La visión transversal del hacer.

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La visión transversal del hacer.

 

El Ingeniero Juan Pablo Cosentino, Decano de la carrera de Ingeniería de la Universidad Austral, advierte: “El desafío es no tentarse, y desplazar al hombre por la tecnología”.

Desde muy pequeño, un niño observaba a su padre, Ingeniero él, en la sala de control de la Central Nuclear Atucha 1. Inmerso en ese mundo, aquél niño fue maravillándose con los miles de luces intermitentes de los tableros y con las perillas y los monitores que brindan la información en tiempo real, del funcionamiento de una central generadora de energía y su entorno. Ese mismo niño comenzó a ir a la escuela rural de su pueblo, Lima, en el norte de la provincia de Buenos Aires. Continuó sus estudios en una escuela secundaria técnica electromecánica y eligió seguir la carrera de Ingeniería Electrónica y al mismo tiempo trabajar para solventarse la carrera. Hoy, Juan Pablo Cosentino es el decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Austral (UA).

Con un Máster en Comunicaciones Móviles de la Univer-sita Politécnica de Catalunya, Cosentino ocupó antes el cargo de director de la carrera de Ingeniería Informática de la Universidad Austral, además de distintas posiciones en empresas de primer nivel internacional en comunicaciones inalámbricas como Nokia, Alvarion, Samsung, y DirecTV. Los últimos años los dedicó a colaborar también con distintas universidades y organismos del país y el exterior, en Internet de las Cosas.

En el mes de septiembre, la UA organizó en su campus de Pilar, junto a la UTN Pacheco, ADIBA y FEBA, el II Congreso Internacional de Industria 4.0, con diversos paneles y con dos casos de estudio en los que se aplicó esta metodología con éxito. Con pasión, el ingeniero Cosentino contó a la revista del CAI de qué se trata.

La 4ª Revolución Industrial tiene que ver con la capacidad de transformar los datos en conocimiento y el conocimiento en acción de manera autónoma o asistida, pero no automática. El automatismo es algo que se basa en un principio de acción – reacción: si está caliente saco la mano. El 4.0 busca que ese proceso de acción – reacción sea dato – conocimiento – acción. Se define cómo transformar un dato en un conocimiento y un conocimiento en una acción, agilizando los procesos y logrando su adaptabilidad a las necesidades cambiantes.

Por lo tanto, ¿son muy innovadoras?

Si tengo un dato, que es una evidencia de que algo está pasando (supongamos algo malo), lo lógico es que tome una acción para corregirlo. El problema es que eso, cuando se hacia en papel y la evidencia llegaba, era tarde. Hoy, la particularidad de que se dé esa tormenta -que está en boca de todo el mundo- es que tenemos una convergencia de múltiples factores: un costo de procesamiento, almacenamiento y conectividad con tendencia a la baja; disponibilidad de datos digitalizados muy grande- que antes no había-, y la posibilidad de usar algoritmos, que si bien eran “antiguos” en su concepción, hoy toman una relevancia importante por el costo de procesamientos, conectividad y almacenamiento.

Yo voy al medico con síntomas -que son evidencias-, luego él transforma esos síntomas en un posible diagnóstico y sobre eso, prescribe un tratamiento para atenderlo.

¿Uno podría suponer que los ingenieros están “formateados” para pensar de esta forma?
En el 2011 el gobierno alemán conformó un grupo para trabajar en un Future Project asociado a la conversión de la industria alemana. Dos años después, dicho grupo (ACATECH) presentó un documento asociado llamado Recomendaciones para la implementación de la iniciativa estratégica INDUSTRIE 4.0. Informe final del Grupo de Trabajo Industrie 4.0, documento sobre la necesidad de reformatear la industria alemana para seguir siendo, de alguna manera, el capitán de la Industria. Allí es cuándo se preguntan, “¿qué tenemos que hacer?”.

Trabajar sobre cuatro pilares fundamentales para lograr esa adaptabilidad: el primero, la estructura organizacional de las empresas; el segundo, que tiene que ver con la cultura dentro de la empresa; tercero, el que tiene que ver con los recursos humanos y tecnológicos y cuarto que tiene que ver con los sistemas de información, porque recordemos que el dato acá, es el vector. Se trata de una cultura de cambio definida.

“Y es interesantísimo esto que pasó en el Congreso, porque tuvimos dos casos de estudio que son Molinos y Coto, donde contaron que el desafío se trata de transformar culturalmente antes de transformar digitalmente. Es decir, que el paso natural es una transformación cultural, previa a una transformación digital.”

¿Cómo es la experiencia de transmitirles esto a los estudiantes de las carreras de ingeniería?
Esto no es una carrera en sí, sino que es una óptica con la que vemos las carreras. Nosotros queremos formar a nuestros ingenieros y queremos que sean los actores de la 4a Revolución Industrial: creativos, innovadores y con una visión sostenible que aumentan al hombre sin desplazarlo, porque el gran desafío, acá, es el de no tentarse y desplazar al hombre por una tecnología.

Acá hay un término, un nombre que se está acuñando, que es la Responsabilidad Social Tecnológica. Las empresas tienen que entender que la Transformación Cultural, previa a una transformación digital, es parte de esta Responsabilidad Social Tecnológica. Que si un puesto desaparece como tal, esa persona tiene que reconvertirse, transformarse no sólo culturalmente sino en habilidades para poder hacer otra cosa que aporte más valor, porque este avance llegó para aumentar la eficiencia, no para despedir personal. A veces pongo un ejemplo: si yo estoy usando algoritmos de visión artificial para seleccionar frutas de mejor calidad que las que puede seleccionar una persona, lo que tengo que hacer es usar ese algoritmo para seleccionar un producto de más calidad que permita generar un valor adicional que antes no tenía.

El objetivo clave en esto es el aumento de la capacidad del hombre, ¿no?
Hoy se discute cuál va a ser el rol del hombre en la fábrica del futuro. Y la realidad es que no tenemos gente formada para la fábrica del futuro, no es que no tenemos la tecnología. No tenemos la gente formada para mantenerla y para hacerla funcionar. Hoy hay un déficit: ya no se trata más del aprendizaje de por vida, sino que vamos a la empleabilidad de por vida. El aprendizaje de por vida es casi un modo autónomo de aprendizaje, en el que yo quiero aprender algo que me gusta y no necesariamente me hace empleable. La empleabilidad de por vida es la aptitud de la persona para encontrar y conservar un trabajo. Por tanto, la empleabilidad, tiene una visión más pragmática de mi futuro, en ese sentido.

Y en ese sentido, ¿en qué estamos en la Argentina?Estamos trabajando en una plataforma, en el sentido conceptual, para ayudar a una a transformarse en 4.0. También estamos trabajando con el Ministerio de Producción, particularmente con la SEPyMe, y con nueve universidades nacionales, en cómo es el proceso de transformación de la industria para aquellas que deseen transformarse: talleres de sensibilización, mapeo de capacidades, índice de madurez, para ver dónde estoy respecto a dónde debería estar. Si lo que busco es adaptabilidad, la pregunta sería: ¿Cuánto debería tardar en recepcionar un pedido, procesarlo y adaptarme a la necesidad?

Cuando veo a los aspirantes de las carreras, trato de despertar siempre la curiosidad para fomentar la transformación cultural, porque, dentro de 20 años, cuando ellos estén tomando posiciones gerenciales, van a tener que seguir adaptándose cambiando el modo de hacer ese trabajo. La transformación cultural es un cambio continuo.

¿La industria 4.0 se puede aplicar a todos los oìrdenes de la vida o de los trabajos?
Esto aplica a diversos órdenes. La adaptabilidad es algo que el ser humano tiene innato. Siempre pongo este ejemplo; vengo por una ruta y me encuentro con leones y corrijo la dirección o uso el Waze para llegar por el mejor camino, que me va a dar una adaptabilidad de ruta óptima en función de datos -que son evidencia- que se transforman en conocimiento y ese conocimiento en una acción que corrige mi ruta.

Entonces, el 4.0 se puede aplicar en un país pobre como en un país rico, ya que no es algo que tenga que ver con lo material sino con un modo de hacer. Es un modo de pensar y de resolver los problemas que, paradójicamente, es adaptable a cualquier nivel económico, a cualquier persona y a cualquier ámbito de la vida. Tenemos que entender que naturalmente somos adaptables y que eso nos ayuda a subsistir. La frase “equipo que gana no se cambia», no va más.