Relaciones comerciales entre Argentina y China (CT-C32-ARNCPEX)

Relaciones comerciales entre Argentina y China: el desafío de negociar con un gigante

Código Casoteca: CT-C32-ARNCPEX

Autor: Luciano Damián Bolinaga

Caso completo:

Ver Caso Completo

Resumen:

Desde 1492 en adelante América Latina y Caribe siempre estuvieron condicionados por la configuración de poder mundial y la preponderancia de una y otra potencia. Cabe pensar en el Tratado de Tordesillas de 1494 y la preponderancia en el mundo de España y Portugal; el Tratado de Utrecht de 1713 y la génesis de la Pax Británica; la doctrina Monroe de 1823 y la emergencia de Estados Unidos como potencia que rivalizaría la hegemonía con las potencias europeas; la despotencialización del concierto europeo de poder tras el Tratado de Versalles de 1919 y la Conferencia Naval de 1922; la Conferencia de Yalta en 1945 y la lógica bipolar que caracterizó la Guerra Fría hasta 1991, ante el desplome soviético.
Cada uno de esos esquemas de poder internacional condicionó, en mayor o menor medida, la orientación de las políticas exteriores, los procesos de modernización económica y hasta el desarrollo cultural de las naciones de América Latina y Caribe. Con del devenir del sistema internacional, la institucionalización de regímenes de cooperación internacionales tales a Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y la profundización del proceso de descolonización, las grandes potencias tuvieron que reformular sus instrumentos para ejercer presión o influencia en la región. Así, las prácticas cooptativas tuvieron que ceder espacio a aquellas de tipo cooperativas, o por lo menos que en apariencias así se muestran. Surgió entonces para finales de los años ́80 la lógica de los “consensos”. Y el primero que conocimos fue el Consenso de Washington.
La incorporación de la República Popular China (RPCh) como miembro del directorio de grandes potencias supone uno de los acontecimientos más trascendentales del primer decenio del siglo XXI. La modernización económica iniciada a fines de los ́70 tuvo como resultado que China se convierta en la segunda economía del planeta y ya dispute el primer puesto con Estados Unidos. Más aún, la potencia asiática es actualmente el país que mayor peso posee en el comercio internacional porque ha devenido en el primer productor de manufacturas a nivel global y el país que mayor peso tiene como exportador e importador. Cabe destacar que también es el principal acreedor del Tesoro norteamericano, el mayor tenedor de reservas internacionales, el segundo receptor de Inversión Extranjera Directa (IED) desde 2010 y en tercer emisor desde 2013. Por supuesto, no debe olvidarse que Beijing cuenta con un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas desde 1971. En suma, la potencia asiática ha salido de la semiperiferia del sistema para pasar a integrar el selecto y reducido grupo de países centrales, el oligopolio de grandes poderes.
De la mano de su nuevo posicionamiento internacional, la RPCh ejerce mayor influencia en diferentes regiones de la periferia. Así, América Latina y Caribe cobran particular importancia en la estrategia china porque sus estructuras productivas y sus dotaciones de factores productivos las posicionan como proveedores netos de los insumos necesarios para mantener en el tiempo su expansión económica. Dicho de otro modo, Beijing ha desplegado en la última década una estrategia sistemática para garantizar su abastecimiento de materias primas y manufacturas derivadas de éstas; como así también el control de las rutas marítimas para su transporte. Y ahí emerge un nuevo consenso que ha sido denominado en la academia como “Consenso de los Commodities” o “Consenso de Beijing”.
En esa nueva coyuntura internacional que caracteriza el advenimiento del siglo XXI, China se ha convertido en el primer, segundo y tercer socio comercial de los países de la región y en una fundamental fuente de financiamiento internacional. Las cancillerías latinoamericanas han incorporado a China como un socio clave para sus políticas exteriores y eso supuso atravesar un nuevo proceso de toma de decisión a efectos de construir una política pública hacia lo que ya se conceptualiza a todas luces como el “socio chino”. Por supuesto, el Palacio San Martín no ha sido la excepción de la regla y la llegada de un nuevo gobierno -tras más de una década de gobiernos kirchneristas- suponía la conformación de un nuevo equipo y la toma de decisión acerca de continuar o no la orientación externa hacia China y, en caso de que así fuera, en qué medida era posible dados los condicionantes sistémicos que se verificaban.
La llegada a la presidencia argentina de Mauricio Macri -el pasado 10 de diciembre de 2015- marcó el inicio de un proceso de restructuración de la política exterior argentina, en el cual se destacan algunos factores centrales como ser: a) la recomposición de los vínculos con Estados Unidos; el pago a acreedores de deuda (holdout); b) la reorientación argentina hacia la Alianza para el Pacífico; c) la necesidad de repensar en vínculo con China; entre otros tantos. Pero, precisamente, es en este último nivel donde resulta pertinente focalizar el dilema que alberga nuestro caso pedagógico:
Modificar o no la orientación externa hacia china basada, al momento de la asunción del nuevo gobierno, en una alianza estratégica integral.
El nuevo presidente argentino, Mauricio Macri, concentró la última parte de su discurso de campaña en la necesidad de renegociar los acuerdos y contratos firmados con China durante la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner. Por eso, cobran particular importancia las cuestiones y los factores que se deben tener en cuenta para evaluar el vínculo bilateral sino-argentino y así determinar las posibles y necesarias continuidades y discontinuidades que deberían desarrollarse durante los próximos años del mandato presidencial.
El caso pedagógico toma como punto de partida una supuesta reunión entre el Presidente argentino y dos altos funcionarios. Parafraseando a Sheldon Wolin, la fantasía no prueba, tampoco refuta pero ayuda a iluminar y comprender las cosas políticas. En esa reunión, se discute la naturaleza del vínculo político y comercial con la República Popular China y también los condicionantes sistémicos que enfrenta la República Argentina. El desarrollo del caso pedagógico ha sido dividido en tres secciones. La primera, analiza la posición internacional de China y como de eso se han derivado los condicionantes sistémicos para la política exterior argentina. En esta sección también se introducen los antecedentes directos que explican la importancia actual que tiene el “socio chino” para el gobierno de Macri. La segunda sección, se dará cuenta de tres condicionantes sistémicos que condiciona la evolución del vínculo y que, al mismo tiempo, demandarán del nuevo gobierno una posición política concreta. Estos tres condicionantes son: a) el principio de “Una Sola China”; b) el déficit comercial estructural y c) la pérdida de divisas y el financiamiento para proyectos de infraestructura. Finalmente, la tercera sección, presentará y analizará los grandes fundamentos del discurso oficial que se implementó durante la campaña y que son los que terminan de dar una idea de la decisión que el nuevo gobierno debe adoptar:
¿Cuál será la orientación política y comercial que se adoptará desde el gobierno de Mauricio Macri en torno a la relación con China?

Experiencia BA internacional(CT-C13-ARPRPEX)

Experiencia BA internacional

Código Casoteca: CT-C13-ARPRPEX

Autor: María Florencia Misino

Caso completo:

Ver Caso Completo

Resumen:

La ciudad de Buenos Aires como toda gran ciudad del siglo XXI tiene una política de relaciones internacionales para posicionarse en el mundo global. La entidad encargada de lo sustantivo es la Subsecretaria de Relaciones Internacionales y Cooperación1 dependiente de la Secretaria General. Está situada organizativamente en el área de mayor confianza política del jefe de gobierno. Las funciones son tanto asistir al jefe de gobierno en toda su agenda internacional como en la elaboración de la estrategia del gobierno hacia el exterior y de modo interno coordinar las acciones que puedan necesitar otras áreas de gobierno relacionadas con el resto de los países.
En este marco la Dirección General de Relaciones Internacionales y Cooperación -en adelante DGRIC- es la encargada de ejecutar programas específicos relativos al establecimiento de lazos con otros países.
1. Diseña y coordina eventos de carácter internacional.
2. Asesora a las áreas del Poder Ejecutivo que lo requieran en materia de política internacional y propone a los funcionarios del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que así lo requieran, la agenda oficial de los viajes al exterior.
3. Coordina y articula con las demás áreas de Gobierno acciones de política internacional definidas por el Jefe de Gobierno.
4. Diseña políticas tendientes al fortalecimiento de las relaciones internacionales.
5. Asiste a las autoridades y delegaciones extranjeras que visitan o residen en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
6. Asesora a las Áreas y organismos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sobre asuntos y trámites consulares.
7. Coordina la relación del Gobierno de la Ciudad con el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto y con las representaciones diplomáticas acreditadas en la República Argentina y con sede en la ciudad de Buenos Aires.
En este contexto la Dirección ideó un proyecto de carácter innovador inspirado en las actividades que desarrollan las universidades y organizaciones internacionales con los jóvenes talentos.
Al culminar la primera edición, el día 4 de Agosto de 2016, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cerró el evento con las siguientes palabras:
“Esperamos que se hayan llevado una buena imagen de esta Ciudad, tanto por el trabajo que realizaron en el Gobierno como por haber vivido acá un tiempo. Buenos Aires es una ciudad diversa, que abre los brazos a la gente que viene de distintos lugares. En la Ciudad hay gente que tiene orígenes en todo el mundo y les pedimos que nos ayuden a promover lo que se hace y cómo es Buenos Aires en el mundo”.
Fernando Straface, Secretario General de Gobierno y Relaciones Internacionales, agradeció a los participantes de Experiencia BA Internacional –en adelante EBAI:
“Ustedes serán embajadores de Buenos Aires en el mundo, ahora que conocen mejor la ciudad pueden invitar a las personas de sus lugares de origen a conocerla también”.
Por las palabras de los máximos responsables políticos del gobierno relacionados con el proyecto se puede observar que la misma ha resultado positiva y que el proyecto seguramente tendrá continuidad en el tiempo.