Política de evaluación y acreditación universitaria argentina (CT-C28-ARNCEDU)

Política de evaluación y acreditación universitaria argentina

Código Casoteca: CT-C28-ARNCEDU

Autores: Angela Corengia y Silvina Miceli

Caso completo:

Ver Caso Completo

Resumen:

Corría la década del 90 en Argentina. En una fría mañana del 1ª de junio de 1995, tomando su habitual café con leche, Julio Alfaro pensó que los cambios en el mundo en su gran mayoría suelen percibirse como lejanos para los ciudadanos, pero esta vez ya sentía los vientos de las nuevas tendencias llegar a su entorno: la Universidad. Julio era Licenciado en Ciencias Políticas y Magister en Políticas Públicas. Hacía ya unos años que se desempeñaba como asesor técnico en una universidad de gestión privada, la Universidad Rioplatense, además de dictar clases sobre política educativa en otras instituciones de educación superior. Conocía el mundo de la Universidad tanto como su propio hogar, y aseguraba que nunca había conocido un sistema más parecido al federalismo como esta institución: en su seno convivían unidades con mayor o menor grado de autonomía (llamadas facultades, unidades académicas, disciplinas…) coordinadas por una autoridad central con mayor o menor grado de decisión de acuerdo a las diversas tradiciones institucionales. Julio se desempeñaba también como asesor dentro de la Comisión de Ciencia y Técnica del Consejo de Rectores de las Universidades Privadas (CRUP), poniendo en práctica su doble rol de docente-investigador y de analista de políticas públicas educativas.
Por la tarde tendría su habitual reunión en la Comisión del CRUP. Desde hacía unas semanas trabajaba en un informe que le había solicitado el Consejo sobre el proyecto de Ley de Educación Superior que se estaba tratando en el Congreso Nacional. Las universidades privadas, como parte del sistema universitario, deberían mostrar su posición en respuesta a la política de evaluación de la calidad de la educación superior que ya se había instalado en la agenda pública. En unos pocos años había pasado mucha agua bajo el puente de los sistemas de evaluación. Y actualmente estaba trabajando en su informe, recordando los hitos pasados y preguntándose cómo terminaría todo este asunto. Julio había participado de la mayoría de estos hitos, siempre desde su rol de representante del CRUP. Pero, habiendo vivido la universidad desde los 18 años, nunca podía despegarse del espíritu de estudiante que caracteriza a todo académico. Y ayer, 31 de mayo de 1995, había tenido lugar uno de los acontecimientos que más lo habían impactado en estos últimos años. Subiendo las escaleras de la Estación Congreso de la Línea A, se encontró con un mundo de universitarios que se habían concentrado frente al Congreso de la Nación para repudiar el anteproyecto de la Ley de Educación Superior que se estaba tratando en el recinto. Este abrazo estudiantil dejaba en evidencia la falta de consenso que existía para la aprobación de esta ley que ponía en crisis la autonomía universitaria y la equidad educativa. Los estudiantes, que para Julio eran los principales actores del sistema universitario, pedían ser escuchados a partir de una consulta popular vinculante sobre este proyecto en cuestión.
El abrazo estudiantil había dejado en estado de shock a Julio. Aún no podía olvidarse de esa imagen. Cuánta agua había corrido bajo el puente de la evaluación de la calidad, y cuánta agua más debía ser corriendo… lo vivido en años pasado se le vino a la cabeza, y comenzó a recordar uno tras otro todos aquellos hechos que llevaron a la necesidad de sancionar esta Ley de Educación Superior. Era temprano, aún le quedaba tiempo para recordar y para ir a la reunión en el CRUP con el pasado vivo en su momento, sólo así podría entender qué estaba pasando hoy y cómo se resolvería el cuestionamiento a la calidad de la educación superior en el futuro. Prendió la tele y puso el noticiero. Dos periodistas de dudoso conocimiento de política estaban debatiendo cual eruditos sobre la reelección de Carlos Menen el mes pasado. El 49,94% de la población argentina había elegido a la dupla Menem-Ruckauf el 14 de mayo. Y ya era claro que la administración continuaría con las mismas políticas económicas que habían implementado en la primera presidencia. Bendita década del 90, llenA de oportunidades y amenazas, ¿qué nuevas reformas estaban por venir?