Crítica de la libertad absoluta

09.06.2024

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Autor: Carlos Álvarez Teijeiro

Cuando en plena II Guerra Mundial, en 1944, Jean-Paul Sartre hizo decir a su personaje Garcin en la obra teatral “A puerta cerrada” que “el infierno son los otros”, en un célebre diálogo con los otros dos protagonistas, Inés y Estelle, no hizo sino ser coherente hasta el extremo con su concepción de la libertad, que no era la libertad de los antiguos (“ser libre para”), ni la de los modernos (“ser libre de”), tan lúcidamente distinguidas por Benjamin Constant en 1819, sino una mera y trágica libertad de todos contra todos.

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