En el apasionante mundo de la educación universitaria, nos encontramos ante la gran tarea de formar a los líderes del mañana, preparándolos para enfrentar el vertiginoso entorno profesional actual. Y como educadores, además de proponer experiencias y herramientas innovadoras en la enseñanza, la clave de nuestro éxito reside en encarnar aquellas características que definen a un profesor excepcional.

En este viaje hacia la innovación educativa, reportes internacionales rescatan que son cuatro los rasgos que distinguen a los educadores audaces.

1. Encuentran múltiples recursos que involucran activamente a los estudiantes. Imaginemos un aula donde los juegos no son solo entretenimiento, sino poderosas herramientas para fomentar la resolución de problemas y la toma de decisiones mejoran situaciones de negocios, por ejemplo. Aquí, los estudiantes, guiados por profesores visionarios, desarrollan autonomía, habilidades críticas y un pensamiento más agudo.

2. Innovan para crear experiencias de aprendizaje profesionales. La profesionalización del aprendizaje se vuelve la norma en las aulas de estos educadores. Se sumergen en una pedagogía que no sólo transmite conocimientos, sino también involucra a los estudiantes en roles que posiblemente ocupen en su futuro profesional, acercando más la teoría de la práctica.

3. Ponen mucho esfuerzo en la personalización del aprendizaje. La personalización del aprendizaje se convierte en la clave para desplegar el potencial de cada estudiante. A través de actividades adaptadas a sus necesidades individuales, se busca no sólo maximizar el aprendizaje de cada uno de acuerdo a sus recursos, sino también cultivar competencias específicas que los prepararán para sobresalir en el competitivo mundo laboral.

4. Integran el contexto a la hora de planificar. El contexto se convierte en el lienzo sobre el cual se diseñan experiencias educativas significativas. Los educadores involucran a los estudiantes en su desarrollo y, al mismo tiempo, los sumergen en un análisis profundo y contextualizado.

Además de tener el foco puesto en innovar, diversos estudios respaldan la idea de que la efectividad de un profesor se encuentra intrínsecamente ligada a la capacidad de demostrar características afectivas, aquellas que despiertan la pasión por aprender en los estudiantes.

En esta línea, creemos que es importante volver a las bases y recordar algunas de las características de un buen profesor: entusiasmo, disponibilidad, creatividad y desafío. Pero más allá de la tradición, estos profesores efectivos son motivadores, pacientes y muestran un auténtico interés por cada estudiante.

En este fascinante cruce entre tradición y la innovación, creamos un entorno educativo donde los estudiantes adquieren conocimientos, al mismo tiempo que desarrollan habilidades y competencias esenciales para afrontar los desafíos del futuro. La innovación educativa no es sólo un cambio de métodos, es una transformación completa que eleva la experiencia de aprendizaje a nuevas alturas. En manos de educadores visionarios, el aula se convierte en el terreno fértil donde germinan las semillas del conocimiento, la creatividad y el éxito futuro.

Por Cecilia Primogerio* y Camila del Carril**

*Coordinadora y **asesora del Departamento de Educación de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral.