La unidad ungueal está constituida por la lámina ungueal, la matriz ungueal, el lecho ungueal, el pliegue ungueal proximal y el hiponiquio (figuras 1 y 2).
Figuras 1 y 2. Esquema del aparato ungueal
La lámina ungueal es una estructura transparente y convexa, formada en su mayor parte por la matriz ungueal. La porción proximal de la matriz ungueal produce la porción dorsal de la lámina ungueal, mientras que la matriz distal origina la parte ventral de la uña. La placa ungueal se halla adherida por su cara ventral al lecho ungueal y está rodeada por los pliegues proximales y laterales. El color rosado de la uña se debe a los capilares subungueales de disposición longitudinal.
Las uñas cumplen varias funciones, como protección, discriminación táctil, motricidad fina, capacidad de arañar (defensa en animales), comunicación social y sexual, y apariencia estética.
Las uñas de los pies son más gruesas que las de las manos, y las modificaciones en el grosor se vinculan con alteraciones en el lecho ungueal.
La placa ungueal, en condiciones normales, crece 3 mm por mes en las manos y 1 mm por mes en los pies. Como la velocidad de crecimiento es más rápida en las manos que en los pies, las modificaciones ungueales por noxas se expresan primero en las manos y de 2 a 3 meses después en los pies. Ante agresiones, las uñas se modifican, pero rara vez se caen (onicomadesis), debido a la forma de crecimiento continua, a diferencia de lo que ocurre en el pelo.
En los jóvenes, durante el verano, en el embarazo, como consecuencia de enfermedades como hipertiroidismo y psoriasis, y a causa de ciertos medicamentos (calcio, vitamina D, itraconazol), se acelera el crecimiento. En cambio, en la vejez, durante el invierno, y por malnutrición, fiebre, inmovilización, patologías crónicas (nefropatía) y fármacos (metotrexato, azatioprina, entre otros), se reduce.
La matriz ungueal se encuentra cubierta y protegida por el pliegue proximal. La terminación distal de la matriz es visible en los pulgares y otros dedos como medialuna blanca.
El pliegue proximal tiene una parte dorsal, que es la prolongación de la piel del dedo, y una ventral, que se continúa con la matriz. La cutícula, o eponiquio, es la parte córnea terminal del pliegue proximal y se extiende sobre la lámina, a la cual se adhiere íntimamente, lo que evita traumatismos y la entrada de microorganismos o partículas capaces de generar inflamación e infecciones, como el panadizo y la paroniquia candidiásica.
El hiponiquio, que se ubica debajo del borde libre de la uña, se continúa con la piel del dedo.
Tanto la matriz como el lecho ungueal están formados por un epitelio queratinizado carente de estrato granuloso. La presencia de capa granulosa en estos sitios es sinónimo de patología (por ejemplo, psoriasis). Tampoco hay estructuras pilosebáceas en la dermis ungueal ni en la hipodermis.
La matriz y, en menor medida, el lecho ungueal son las únicas porciones del aparato ungueal que contienen melanocitos. Solo la mitad de los melanocitos de la matriz produce melanina, y los melanocitos del lecho son inactivos en condiciones normales.
La dureza de la uña se debe al alto contenido de azufre en forma de cistina y no al calcio, como se le atribuye popularmente. La uña contiene poca agua y lípidos, y la hidratación la ablanda.
En el estudio del aparato ungueal, durante el interrogatorio, se recomienda tener en cuenta el tiempo de evolución de la onicopatía, la ocupación y los hobbies del paciente, la exposición a sustancias tóxicas, los antecedentes personales y familiares; en el examen físico, se aconseja utilizar buena luz, que los dedos estén relajados y limpiar la superficie ungueal.
Así como para el diagnóstico de una dermatosis es importante reconocer la lesión elemental, también ante una alteración de la unidad ungular será de gran ayuda tratar de identificar la modificación elemental que predomina, ya que ello permitirá saber qué parte de la unidad ungular está comprometida y orientar el diagnóstico clínico.
Manifestaciones clínicas ungueales
Los signos ungulares son varios y dependen de la estructura ungular afectada (matriz ungueal, lecho ungueal, lámina ungueal y/o tejidos periungueales). A continuación, se detalla el glosario ungueal (tabla 1).
Tabla 1. Correlación entre los signos ungueales y la localización anatómica de la lesión ungueal
Matriz ungueal
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Lecho ungueal
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Signos ungulares por afección de la matriz ungueal
- Anoniquia: ausencia de uña, transitoria o definitiva. Causas: congénita, asociada a síndromes malformativos, fármacos, dermatosis (eritrodermia, pénfigo y liquen plano) y traumática.
- Macroniquia: uña más ancha de lo normal.
- Microniquia: uña más angosta de lo normal.
- Tanto en la macroniquia como en la microniquia, el lecho y la matriz están similarmente afectados, y se pueden asociar a síndromes como el de Von Recklinghausen y el de Turner.
- Coiloniquia o «uña de cuchara»: uña cóncava. Causas: infancia prematura, idiopática, deficiencia de hierro, hemocromatosis, porfiria, diálisis, enfermedad tiroidea, acromegalia, ocupacional (foto 1), psoriasis, liquen plano, alopecia areata, enfermedad de Darier, onicomicosis y sífilis.
- Onicausis: engrosamiento de la lámina ungueal sin otra alteración (foto 2).
- Onicogrifosis: engrosamiento, elongación e hipercurvatura de la uña. Causas: congénita, idiopática, traumatismos repetidos y edad avanzada.
- Surcos longitudinales: depresiones longitudinales de la placa ungueal (foto 3). Causas: edad avanzada, liquen plano, enfermedad de Darier, artritis reumatoidea y alteraciones vasculares periféricas.
- Surcos transversales de Beau: depresiones transversales que aparecen a nivel proximal en la lámina ungueal y se extienden desde un pliegue lateral al otro. Causas: posnacimiento, fiebre, eritrodermia, deficiencia de zinc, paroniquia y eccema.
- Hoyuelos, o uñas punteadas, o pits: depresiones puntiformes de la lámina ungueal (foto 4). Causas: psoriasis, alopecia areata, eccema y traumatismos.
- Traquioniquia: uña áspera, opaca y gris (foto 5). Causas: congénitas, adquiridas idiopáticas (síndrome de las 20 uñas), secundarias a agentes químicos, liquen plano, psoriasis, alopecia areata y deficiencia de Ig A.
- Leuconiquia: color blanco de la uña que no desaparece con la presión. Causas: congénitas, traumatismo, psoriasis, alopecia areata y medicamentos.
- Melanoniquia: color negro de la uña por aumento de la melanina. Causas: nevos (foto 6), lentigos, traumatismos repetitivos, racial, fármacos, melanoma (foto 7), enfermedad de Addison y síndrome de Cushing.
- Onicomadesis: desprendimiento proximal de la placa ungueal (foto 8). Causas: idiopática, enfermedades ampollares, traumatismos, estrés y paroniquia aguda.
- Onicorrexis: lámina ungueal con crestas y fisuras longitudinales; puede asociarse a adelgazamiento de la uña. Causas: liquen plano, traumatismos, anomalías en la circulación y envejecimiento.
Foto 1. Coiloniquia en paciente cocinero
Foto 2. Onicausis idiopática
Foto 3. Surcos longitudinales en paciente de edad avanzada
Foto 4. Hoyuelos en paciente con psoriasis ungueal
Foto 5. Traquioniquia idiopática en una niña
Foto 6. Nevo de matriz en un niño
Foto 7. Melanoma y signo de Hutchinson
Foto 8. Onicomadesis en paciente luego de un traumatismo
Signos ungulares por afección del lecho ungueal
- Onicólisis: separación de la uña del lecho en la parte distal y la lateral, que avanza hacia proximal. Las causas pueden ser múltiples: asociada a enfermedades sistémicas (lupus eritematoso, síndrome de uñas amarillas [foto 9], enfermedad tiroidea), embarazo, deficiencia de hierro, dermatosis (psoriasis, sífilis, enfermedades ampollares, liquen plano, alopecia areata, dermatitis atópica, eccema de contacto), fármacos (retinoides, tetraciclinas, diuréticos tiazídicos), traumas, sustancias químicas (detergentes [foto 10], hipoclorito de sodio, removedores de pintura, solventes, uñas postizas, productos depilatorios, quitaesmaltes).
- Hiperqueratosis subungueal: acumulación de escamas debajo de la uña y, en consecuencia, onicólisis. Causas: psoriasis, dermatitis por contacto y onicomicosis (foto 11).
- Leuconiquia aparente: color blanco que desaparece con la presión. Causas: cirrosis hepática, hemodiálisis y fármacos.
- Hemorragias en astilla: líneas longitudinales finas de color rojo oscuro. Causas: traumatismo, psoriasis, endocarditis, vasculitis y onicomicosis.
Foto 9. Uñas amarillas en paciente con sinusitis crónica
Foto 10. Onicólisis en paciente que realiza trabajos de limpieza
Foto 11. Hiperqueratosis subungueal en paciente con onicomicosis
Otros signos ungulares
- Uñas hipocráticas o en «vidrio de reloj»: incremento de la convexidad, del diámetro longitudinal y transversal y del ángulo de Lovibond (foto 12). Está presente en los dedos hipocráticos o en «palillos de tambor». Causas: hipoxia (80 %), trastornos gastrointestinales (5 %), alteraciones endocrinológicas o hematológicas, afección del plexo braquial por traumatismos, fisiológica en el recién nacido, entre otras.
- Onicosquizia: desprendimiento de las capas de la uña en forma paralela y horizontal, sobre todo en la parte distal (foto 13). Causas: hidratación y deshidratación continua, liquen plano, policitemia vera, fármacos (retinoides) y vejez.
Foto 12. Uñas hipocráticas en paciente con insuficiencia respiratoria crónica
Foto 13. Onicosquizia en paciente que trabaja en un lavadero
Afección de tejidos periungulares
- Perionixis o paroniquia: inflamación de los pliegues periungulares. Puede ser aguda o crónica (foto 14). La forma aguda se caracteriza por eritema, edema, contenido purulento y dolor, y la causa es infecciosa. En la presentación crónica, los pliegues ungueales están indurados y tensos. Las uñas presentan surcos de Beau. La paroniquia es más frecuente en las manos de las mujeres; sin embargo, puede observarse en los hombres que realizan trabajos manuales y sumergen sus manos en agua (encargados de limpieza, cocineros).
- Onicocriptosis: incrustación de la lámina ungueal en los tejidos periungulares, asociada a inflamación, eritema y dolor (foto 15). Suele presentarse en el hallux.
Foto 14. Paroniquia aguda luego de un traumatismo
Foto 15. Onicocriptosis
Conclusión
Las uñas pueden sufrir diferentes trastornos y enfermedades, tanto por causas locales como sistémicas. Estos presentarán distintas características dependiendo, entre otros factores, del sitio afectado (matriz y/o lecho ungueal). Conocer cuál es la modificación predominante ayudará a adecuar el diagnóstico y el tratamiento.
Puntos clave
- Aparato ungueal: está constituido por la lámina ungueal, la matriz ungueal, el lecho ungueal, el pliegue ungueal proximal y el hiponiquio.
- La matriz ungueal produce la lámina ungueal.
- La placa ungueal crece en forma continua, a diferencia del pelo, que crece en ciclos.
- Los signos ungulares dependen de la porción afectada del aparato ungueal.
Bibliografía recomendada
Allevato MAJ. Modificaciones de la unidad ungular: terminología. Woscoff A, Kaminsky A, Marini MA, Allevato MAJ. Dermatología en Medicina Interna. 2ª edición. Buenos Aires: Edición de Autores; 2006. pp. 272-277.
Allevato MA. Disease mimicking onychomycosis. Clin Dermatol. 2010;28(2):164-177.
Kutz AM, Aranibar L. Patología ungueal no micótica en pediatría. Rev Chil Pediatr. 2012;83(4):383-391.
Piraccini BM. Nail signs. En: Piraccini BM. Nail Disorders. Italia: Springer;2014. pp. 7-22.
Rubin A, Holzberg M, Baran R. Physical signs. En: Baran R, de Berker D, Holzberg M, Piraccini B, et al (eds.). Diseases of the nails and their management. EE. UU.: John Wiley & Sons Ltd; 2019. pp. 59-104.
Agradecimientos
A la doctora Paula Barrios, por su colaboración en la confección de este capítulo, y a Julieta Piombo, diseñadora gráfica, quien colaboró con las ilustraciones.