Biología de la piel

Anatomía de la piel y los anexos

La piel

La piel es el órgano más extenso del cuerpo: tiene una superficie de, aproximadamente, 2 m². Además, representa el 16 % del peso corporal.

Desde afuera hacia adentro, se distinguen tres capas, cuyo origen embriológico es distinto: la epidermis, que se origina en el ectodermo, la dermis y el tejido subcutáneo (hipodermis), que se originan ambos en el mesodermo (figura 1).


Figura 1. La piel

Epidermis

La epidermis es un epitelio plano estratificado y queratinizado, con un espesor variable, en promedio de 0,1 mm; en zonas como las plantas y las palmas, puede alcanzar espesores mayores, de hasta 1 o 2 mm. Está compuesta por diferentes capas, desde el exterior hacia el interior: córnea, lúcida, granulosa, espinosa y basal.

La capa basal está formada por queratinocitos pequeños y polares, que suelen disponerse en una hilera, se tiñen intensamente con la hematoxilina y tienen puentes intercelulares menos evidentes que los de la capa espinosa. La función principal de la capa basal es proporcionar una unión de tipo mecánica a la membrana basal subyacente y a la dermis mediante ligaduras llamadas «hemidesmosomas».

El estrato espinoso de Malpighi o escamoso está constituido por células poligonales unidas a través de puentes intercelulares –denominados «desmosomas»–, estructuras que sirven no solo como medio de unión entre ellas, sino también con las capas adyacentes. El número de estas células varía según la región corporal; en general, forman de cinco a siete capas. Se tiñen pálidamente con la hematoxilina.

La capa granulosa está formada por células romboidales, con gránulos de queratohialina en su interior, y que se tiñen intensamente con la hematoxilina. Estos gránulos se conocen también con el nombre de «cuerpos de Odland», y contienen lípidos y enzimas lisosómicas. Su grosor depende del de la capa córnea.

El estrato lúcido es una línea intensamente eosinófila ubicada por debajo de la capa córnea. Consta de tres a cinco filas de células claras y planas que tienen aún actividad enzimática. Se lo identifica en los sitios donde la piel es más gruesa, como en palmas y plantas.

En la capa córnea, los queratinocitos —llamados «corneocitos»— se desprenden del núcleo. El componente proteico insoluble de esta envoltura cornificada constituye aproximadamente el 90 % y el resto está compuesto por lípidos.

Las células epidérmicas más importantes son los queratinocitos, que constituyen el 80 % de estas; se encuentran además los melanocitos (células encargadas de la síntesis de melanina, que representan alrededor de un 10 %), las células de Langerhans (provenientes de la médula ósea y que forman parte del sistema inmunitario cutáneo), y las células de Merkel (células sensoriales, situadas en el estrato basal y que contactan con terminaciones neuronales).

Dermis

La dermis es la estructura que proporciona resistencia y elasticidad a la piel. Está compuesta por células, fibras y una matriz extracelular. Histológicamente, se divide en dos capas: papilar y reticular.

La capa papilar está compuesta por pequeños haces de colágeno y fibras elásticas. Presenta proyecciones hacia el interior de la epidermis, llamadas «papilas dérmicas», que alternan con las extensiones interpapilares de la epidermis. En las papilas, se encuentran las asas capilares que proporcionan los nutrientes a la epidermis avascular. La capa papilar también contiene numerosas terminaciones nerviosas, receptores sensoriales y vasos linfáticos.

La capa reticular es más gruesa que la papilar, y está compuesta por un gran entramado de fibras colágenas y fibras elásticas de mayor diámetro. Esta estructura es la que proporciona elasticidad y capacidad de adaptación a movimientos y cambios de volumen.

Las células de la dermis son escasas y comprenden los fibroblastos —la más importante, productora de las fibras y la matriz extracelular—, macrófagos, mastocitos, linfocitos, células plasmáticas, eosinófilos y monocitos.

Las fibras colágenas representan el 70 % de la dermis y le otorgan dureza y fuerza. Las fibras elásticas, que están dispuestas en forma laxa e irregular en distintas direcciones, son las responsables de la elasticidad de la piel.

La matriz extracelular es una sustancia amorfa compuesta, principalmente, por proteoglicanos que, debido a su gran capacidad de absorción de agua, forman una materia gelatinosa útil para la unión entre el resto de los elementos, los movimientos de la piel y la amortiguación de los traumatismos.

Hipodermis

La hipodermis está formada por tejido conectivo laxo y muchas de sus fibras se fijan a la dermis, formando líneas de anclaje que fijan la piel a las estructuras subyacentes. Su espesor es muy variable según la localización, el peso corporal, el sexo y la edad del individuo. Los lobulillos adiposos de la hipodermis se encuentran separados por tabiques de tejido conectivo, por donde discurren vasos y nervios; estos lobulillos sirven de almacén de energía, de aislante térmico, y brindan protección mecánica frente a traumatismos. 

Los anexos de la piel

Pelo

Es una estructura queratinizada, situada en casi toda la superficie de la piel, excepto palmas, plantas, labios, pezones, genitales y extremos distales de los dedos.

El pelo asienta en una invaginación epidérmica, y se diferencia en tallo y raíz. En la parte inferior de la raíz, llamada «bulbo piloso», se encuentran las células epidérmicas que dan origen al pelo. En el tallo, en un corte transversal, se observan tres capas concéntricas: la médula, la corteza y la cutícula. La corteza es la parte más importante, ya que contiene la mayor cantidad de queratinas. En el folículo piloso, se encuentran células epidérmicas que, de acuerdo a su ubicación, forman la vaina radicular interna y la vaina radicular externa (figura 2).

Figura 2. Pelo


El crecimiento del pelo tiene tres fases (figura 3):

  • Fase de crecimiento (anágeno): en esta fase, se encuentra aproximadamente el 80 % de los pelos; su duración es de 2 a 5 años en promedio.
  • Fase de transición (catágeno): en esta fase, se produce una detención de la mitosis; su duración aproximada es de 14 días. Al inicio de esta etapa, se produce un adelgazamiento gradual y una disminución en la pigmentación en la base del tallo del pelo.
  • Fase de reposo (telógeno): en esta fase, se encuentra en promedio el 20 % de los pelos; su duración aproximada es de 3 meses.

El color del pelo está determinado por los melanocitos y se pigmenta de manera activa cuando crece debido a que la actividad melanogénica de los melanocitos foliculares se relaciona con la fase de crecimiento (anágeno).

El músculo erector del pelo se origina en la dermis adyacente al folículo piloso, tiene una dirección oblicua y, al contraerse, produce elevación del vello, lo que provoca la característica «piel de gallina».

Figura 3. Ciclo del pelo

Glándulas sebáceas

Las glándulas sebáceas producen lípidos que ayudan a mantener el manto hidrolipídico de la piel. Se encuentran localizadas en toda la piel, excepto en palmas y plantas, especialmente en el cuero cabelludo, la cara, la región pectoral y el dorso. Su conducto excretor desemboca en el folículo piloso. Son glándulas holocrinas —lo que significa que sus células se desintegran para liberar su contenido lipídico citoplasmático—, de pequeño tamaño durante la infancia, pero que se agrandan y se activan en la pubertad debido a la acción de los andrógenos.

Glándulas sudoríparas

Son glándulas tubulares, constituidas por un glomérulo u ovillo, de las cuales existen dos tipos diferentes:

  • Ecrinas: compuestas por dos segmentos, una porción secretora y un conducto excretor. La porción secretora está formada por tres tipos celulares: células claras, células oscuras y células mioepiteliales. Su conducto excretor desemboca directamente en la superficie de la piel y consta de un anillo externo de células basales y un anillo interno de células cuticulares. La función de las glándulas ecrinas es controlar la temperatura. Están localizadas en todo el cuerpo, pero se encuentran en mayor cantidad en palmas, plantas, axilas y frente. Su estímulo principal es la temperatura y están inervadas por fibras simpáticas colinérgicas.
  • Apocrinas: su conducto excretor desemboca en el folículo piloso. Tienen funciones odoríferas. Se encuentran localizadas, principalmente, en las aréolas mamarias, la región perineal/genital y las axilas. El sudor que producen es lechoso, viscoso, y no tiene olor de inicio, pero sí luego, cuando las bacterias presentes en la piel interactúan con el sudor, lo que produce el olor corporal característico. Están inervadas por fibras simpáticas adrenérgicas.

Uñas

Las uñas (figura 4) son placas de queratina fuertemente adheridas al lecho ungueal, cuya función es la protección de la región distal de los dedos, la defensa, el rascado y la capacidad para aprehender objetos pequeños. Las uñas de las manos crecen más rápido que las de los pies; tienen un crecimiento máximo de 3,5 mm por mes. El reemplazo completo de una uña de la mano requiere 6 meses en promedio. La lámina ungueal tiene forma rectangular y es la estructura más visible de las uñas. La matriz ungueal es la parte germinativa, donde se encuentran células basales que se dividen continuamente. La superficie de la placa ungular es lisa, pero con frecuencia muestra crestas longitudinales suaves que se acrecientan con la edad. El grosor de las uñas depende de la longitud de la matriz y del lecho ungueal. Por lo general, el adelgazamiento de las uñas es un signo de trastornos de la matriz ungueal, mientras que su engrosamiento es casi siempre consecuencia de trastornos del lecho ungueal.

El aparato ungueal posee una vascularización abundante, provista por las arterias digitales.


Figura 4. Uña

Fisiología de la piel

La piel tiene múltiples funciones, entre las cuales se destacan las siguientes:

  • Nos separa del medio externo y, al mismo tiempo, permite su comunicación con él a través de receptores del tacto, presión, temperatura y dolor.
  • Es una barrera contra agresiones mecánicas, químicas, el calor, el frío, radiaciones ultravioleta y microorganismos patógenos.
  • Mantiene el equilibrio de fluidos corporales, ya que actúa como una barrera ante la posible pérdida de agua.
  • Regula la temperatura corporal.
  • Interviene en la síntesis de vitamina D.
  • Funciona como un órgano inmunitario.
  • Previene el ingreso de microorganismos.

Queratinización o maduración del queratinocito

Es el proceso mediante el cual las células basales se diferencian a corneocitos, que conforman la capa córnea, necesaria para que la epidermis pueda cumplir con las funciones mencionadas.

El proceso de diferenciación del queratinocito está compuesto por modificaciones morfológicas y metabólicas que llevan a que una célula pluripotencial de la capa basal se transforme hasta llegar a ser una célula anucleada, plana —llamada «corneocito»—, que se elimina de la superficie corporal por descamación. Durante todo el proceso, el queratinocito irá sintetizando queratinas, que son las proteínas estructurales principales de la epidermis.

Este proceso, que finaliza con la eliminación del corneocito de la capa córnea, ocurre cada unos 30 días, período que se ve sensiblemente reducido en trastornos de la queratinización, como la psoriasis.

Puntos clave

  • La piel está compuesta por tres capas: epidermis, dermis e hipodermis.
  • La epidermis tiene, a su vez, diferentes capas: córnea, lúcida, granulosa, espinosa y basal. Los queratinocitos componen el 80 % de su población celular.
  • La dermis proporciona elasticidad y resistencia a la piel, y cuenta con dos capas: papilar y reticular. Los fibroblastos son sus células más relevantes.
  • La hipodermis contiene fibras de anclaje que fijan la piel a las estructuras subyacentes.
  • El pelo es una estructura queratinizada cuyo crecimiento tiene tres fases: anágeno, catágeno y telógeno.
  • Las glándulas sebáceas producen lípidos que ayudan a mantener el manto hidrolipídico de la piel; se activan en la pubertad por acción de los andrógenos.
  • Las glándulas sudoríparas son de dos tipos: ecrinas, cuya función es controlar la temperatura corporal, y apocrinas, cuyas funciones son odoríferas.
  • Las uñas son placas de queratina adheridas al lecho ungueal, cuya función es la protección de la región distal de los dedos, la defensa, el rascado y la capacidad de aprehensión de objetos pequeños.
  • La piel tiene múltiples funciones: nos separa del medio externo y nos comunica con él, es una barrera contra diversas agresiones, mantiene el equilibrio de fluidos corporales, regula la temperatura corporal, interviene en la síntesis de vitamina D, funciona como un órgano inmunitario y previene el ingreso de microorganismos.

Bibliografía recomendada

Carretero Hernández G. La importancia de la semiología dermatológica en el diagnóstico de la enfermedad cutánea. Med Cutan Iber Lat Am. 2014;42(1-3):5-11.

Cursos de Extensión Universitaria de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria [Internet]. Las Palmas de Gran Canaria: Universidad de las Palmas de Gran Canaria. Principios generales básicos de diagnóstico dermatológico. Disponible en: www.ulpgc.es/cursos

Universidad de Cantabria. Open Course Ware [Internet]. Fisiología general. Disponible en: www.ocv.unican.es/cursos/lapiel

Garg A, Levitt NA, Bernhard J. Estructura de las lesiones cutáneas y fundamentos del diagnóstico clínico. En: Fitzpatrick. Dermatología en Medicina General. 7ª edición. Editorial Médica Panamericana; 2009. Tomo I. Sección 2, cap. 4.

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ISBN: 978-950-893-923-4

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