La Dra. Belén Mesurado, investigadora del proyecto, participó de la 36 edición del Congreso Interamericano de Psicología, que tuvo lugar del 23 al 27 de julio de 2017, en la ciudad de Merida en Yucatán, México, con el auspicio de la Sociedad Interamericana de Psicología.
En esta oportunidad, la investigadora presentó el trabajo titulado «Conducta prosocial hacia los extraños y los amigos: el rol de la empatía positiva y negativa», que escribió junto con María Cristina Richaud (CONICET).
A continuación, el abstract del trabajo presentado:
La conducta prosocial es una conducta dirigida a ayudar a una persona o grupos de personas. Diferentes estudios mostraron que la conducta prosocial puede variar en relación a la persona destinataria de dicha ayuda por ejemplo, las personas son más propensas a ayudar a aquellas personas con las que tienen un vínculo afectivo. Por otro lado, la empatía mostró ser un fuerte promotor de la conducta prosocial independientemente de la persona destinataria de la ayuda. Diferentes estudios han mostrado que la empatía es un poderoso motivador de la conducta prosocial, sin embargo pocos estudios han distinguido entre empatía negativa y positiva. Por empatía negativa se entiende la capacidad de empatizar con el otro cuando está padeciendo una necesidad o bien está atravesando una situación difícil, mientras que la empatía positiva es la capacidad de empatizar con el otro ante una situación de éxito. Asimismo, recientes estudios muestran que la empatía positiva y negativa pueden cumplir un rol diferenciador en la predicción de la conducta prosocial.
El objetivo del estudio es analizar el rol de ambos tipos de empatía (positiva y negativa) sobre la conducta prosocial dirigida hacia un extraño o hacia un amigo en función del sexo. La muestra estuvo compuesta por 300 adolescentes de entre 11 y 19 años (M = 13.74; DT = 1.44) de ambos sexos. Para evaluar la respuesta empática positiva y negativa se elaboraron dos historias en las cuales se describían situaciones de sufrimiento (empatía negativa) y situaciones de éxito (empatía positiva) protagonizada por un extraño o un amigo. Luego se les preguntaba a los participantes cómo reaccionarían frente a esa situación hipotética completando el cuestionario de prosocialidad de Padilla-Walker y colaboradores (2011) hacia los extraños y hacia los amigos respectivamente. Se distribuyen las historias de empatía positiva y empatía negativa a los participantes de modo aleatorio. Se realizaron MANOVA para evaluar el objetivo del estudio utilizaron como VD los niveles de prosocialidad hacia los extraños y amigos y como VI la empatía positiva y negativa y el sexo de los participantes. Los resultados indican que existen importantes diferencias en la conducta prosocial en función de la empatía y la persona destinataria de la ayuda.