Cada 7 de abril, el mundo reflexiona sobre los desafíos que enfrentamos en salud global. Este año, el mensaje no puede ser más claro: "Comienzos saludables, futuros esperanzadores". La salud materno-infantil sigue siendo una de las mayores prioridades para la salud pública mundial, y hoy más que nunca, es imperativo entender que la forma en que cuidamos a las madres y a los recién nacidos determinará el futuro de nuestras sociedades.