El gobierno de la provincia de Buenos Aires que conduce Axel Kicillof no adherirá al blanqueo, cuya primera etapa terminó el viernes pasado con un ingreso de dinero efectivo superior a los US$20.000 millones. La decisión ya produce ruidos para los que -dentro de los siete millones de contribuyentes que aportan al fisco provincial- ingresaron a la exteriorización de capitales o pretendían hacerlo, ya que deja una sentencia firme: la amnistía impositiva no será total.
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