Hoy, 31 de julio de 2024, falleció Gerardo López Alonso, Profesor Emérito de la Universidad. Tenía 88 años.
Gerardo se sumó a la entonces Facultad de Ciencias de Información en marzo de 1993. Profesor, desde ese momento y hasta 2021, de todas las cohortes de comunicadores formados en la Licenciatura en Comunicación, en las cátedras de Estructura de la Información Periodística, Análisis de la Información Internacional, y Gestión de Empresas Informativas. Además, en el Consejo de Dirección de la Facultad fue vicedecano, y en los posgrados dirigió la Maestría en Gestión de la Comunicación de las Organizaciones.
Antes de llegar a la Austral, lo precedía una amplia trayectoria periodística. Periodista profesional matrícula 3195, Gerardo era egresado del colegio Carlos Pellegrini, había cursado en las facultades de Ciencias Económicas y de Ingeniería en la Universidad de Buenos Aires, y realizado numerosas capacitaciones en el país, Estados Unidos y Europa. Entre ellos atesoraba especialmente una experiencia en 1973, en Washington, organizada por el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Fue jefe de la sección económica del Diario La Prensa (1957-1967), adonde había ingresado un año antes para escribir en la sección de avisos fúnebres. En 1967 se unió la revista Primera Plana (1967-1969), bajo la conducción de Jacobo Timmerman, junto con figuras de la talla de Tomás Eloy Martínez, Aída Bortnik, entre otros. En 1969, iniciaría una trayectoria por la que su nombre se terminó de consolidar como una de las grandes referencias del periodismo de negocios como Jefe de Redacción, subdirector y director, socio y propietario de la revista Mercado (1969-1993), lo que le dio una experiencia completa del negocio que volcó a la docencia de grado y posgrado. En los 90, además, dirigió la Revista IDEA.
Su oficio, su pericia, su cultura, le permitieron tratar a figuras de impacto nacional e internacional, tales como Robert Oppenheimer, Alfredo Palacios, Raúl Prebisch, Mihail Gorbachov, entre otros. Y también recorrer gran parte del mundo, literalmente. Sus últimas travesías por la Antártida y las Islas Malvinas derivaron en una exposición de fotografías que compartió poco antes del cierre de la sede Garay. Los viajes en barco hacia el sur del país quedaron truncos con la pandemia, tiempo durante el que hizo un gran esfuerzo para poder seguir dando clases a distancia. Quería dar clases hasta el final. Era su sueño.
Se había iniciado en la docencia como formador de periodistas en el Instituto Grafotécnico, en 1971. Luego, además de la Austral a la que se sumaría luego de su fundación, fue profesor en las universidades de Palermo, Kennedy y de Belgrano, donde dirigió la carrera de periodismo.
A lo largo de su trayectoria periodística y universitaria, que logró hacer una, publicó numerosos artículos, y libros sobre historia argentina, periodismo y comunicación de empresa. Escribió 1930-1980 Cincuenta años de historia argentina. Una cronología básica, editado por Editorial Belgrano y publicado en 1982, para muchos un verdadero clásico. Y dentro de la colección Cuadernos Austral, Empresa y medios un enfoque pragmático. Claves de una relación compleja.
Dejó una huella indeleble en colegas. Profesores, personal de secretaría y administración, pasantes, con todos tenía detalles llenos de humanidad y humildad. Hombre de cultura y lectura, amante de la ópera, sonrisa pícara, humor culto y sencillo, mirada tierna, fue profesor y amigo de sus alumnos y graduados, por los que sentía genuino y auténtico orgullo.
Maestro de maestros, introdujo a la docencia y acompañó el crecimiento y formación de una parte importante del claustro docente actual de la Facultad de Comunicación. A todos, con pequeños y a veces imperceptibles gestos, con el ejemplo, los hacía partícipe de su siempre generosa amistad, y de sus grandes alegrías: el crecimiento y desarrollo de su hija Laura, y últimamente, la luz de sus ojos, su nieta.
Se lo extrañará, pero no será olvidado.
Por Esteban Pittaro, secretario académico de la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral.