Con esta expresión, San Josemaría abría la puerta a un intercambio que, 50 años después, se hace visible en historias de vida y en numerosos proyectos que expresan el impacto de su mensaje en nuestro país y en toda Latinoamérica. Como Inspirador de nuestra Universidad Austral, su legado y enseñanzas son pilares fundamentales en la proyección de nuestra misión educativa y espiritual.

El 7 de junio de 1974, el fundador del Opus Dei llegó a la Argentina con el deseo de realizar una intensa labor de catequesis. Durante su estadía en el país, recibió a miles de personas, desde pequeños grupos familiares hasta multitudes que congregaron el Centro de Congresos General San Martín, el Colegio de Escribanos y el Teatro Coliseo.

El primer acto masivo tuvo lugar el 12 de junio, durante su visita a la Basílica de Nuestra Señora de Luján. El 26 de junio de 1974, exactamente un año antes de su muerte y poco antes de partir de Argentina, San Josemaría declaró: “Y cuando me vaya, me quedaré a los pies de Santa María de Luján; ahí dejo mi corazón (…) Hijos míos, gracias, gracias a Dios, gracias a vosotros, y gracias a Santa María de Luján: porque he venido, y porque me iré, pero volveré; y, además, me quedaré”.

El Opus Dei busca ayudar a las personas que viven en el mundo —al hombre corriente, al hombre de la calle— a llevar una vida plenamente cristiana, sin modificar su modo de vida normal, su trabajo cotidiano, ni sus ilusiones y afanes. Como afirmó San Josemaría: «El Opus Dei es viejo como el Evangelio y como el Evangelio nuevo.» Esta frase resuena profundamente en nuestra comunidad, recordándonos que el trabajo no es sólo uno de los más altos valores humanos y un medio para contribuir al progreso de la sociedad, sino también un camino de santificación.

Durante su visita a Latinoamérica, que se extendió de mayo a julio de 1974, San Josemaría dejó una huella imborrable en los países que recorrió, que incluyó Brasil y Chile, además de la Argentina.

También les hacemos llegar el acceso al material multimedia para conocer y valorar el legado de San Josemaría, quien nos enseñó que “había venido a aprender”. Esta actitud humilde y abierta al aprendizaje generó un intercambio fructífero durante su viaje, un legado que continúa inspirándonos hoy. [Accede aquí.]

Finalmente, esta celebración se enmarca en la próxima conmemoración de los 100 años de la fundación del Opus Dei, que se cumplirán en 2028, recordándonos la importancia de mantener presente la misión de vivir una vida cristiana plena en nuestro día a día. Conocer la figura de San Josemaría nos ayuda en el «ejercicio de comprensión de la propia identidad y de la propia historia» como iniciativa educativa.