Hace más de un milenio China comenzó a sentar las bases de lo que terminó por convertirse en una de las burocracias más eficaces del siglo XXI. Todo el sistema se asentó sobre una máxima incuestionable: a las filas del Estado únicamente ingresan los mejores. Lo propio ocurrió en democracias occidentales como Estados Unidos, Francia e, incluso, Italia. Por oposición, la burocracia argentina está cada vez más denostada.