Desde el regreso de la democracia, en 1983, los paros generales de la CGT fueron parte del folklore sindical. Una metodología desgastante que castigó particularmente a algunos gobiernos, con excepción de la actual gestión de Alberto Fernández-Cristina Kirchner, que entregarán el mando con 40,1% de pobreza y 142,7% de inflación interanual.