A pesar de mantenerse aún en niveles bajos, se observa una mejora en la confianza de los productores.

Las bajas temporales de retenciones no alentaron la venta de soja, sino que tuvieron un efecto contrario.

El clima y la incertidumbre macroeconómica constituyen los principales desafíos a enfrentar por los productores en el 2021 y a cinco años.