Aún en medio de profundos cambios en nuestros modos de vida, vale rescatar el sentido primario de la paternidad como una condición que nos permite reconectarnos con lo esencial y evocar nuestros vínculos más poderosos, esos que marcan una biografía con tanta intensidad que definen gran parte de lo que somos. Hoy por hoy, sabemos que la ecuación de roles y funciones en el ámbito familiar mutó, pero la paternidad continúa siendo una vivencia central, desde lo dado y también desde lo recibido.