Dra. María Florencia Coronel
La Dra. Coronel es Bioquímica, egresada de la Universidad de Buenos Aires, Doctora en Ciencias Biomédicas por la Universidad Austral e Investigadora Independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
Se desempeña como profesora asociada de la materia Fisiopatología del Dolor, en la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y como secretaria académica del Consejo de Dirección de la Carrera de Doctorado de dicha Facultad. También es miembro del Consejo de Dirección del Instituto de Investigaciones en Medicina Traslacional.
Es integrante del Grupo Especial de Interés en Investigación en Dolor de la Asociación Argentina para el Estudio del Dolor, integrante de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, y Representante de América Latina en el Grupo de Ayudas Económicas de dicha Asociación.
También, forma parte de la Red de Cannabis y sus Usos Medicinales y de la Red de Investigación Traslacional en Dolor, ambas en el marco del CONICET.
La Dra. Coronel realizó su formación doctoral en esta casa de estudios, dirigida por del Dr. Marcelo Villar, y desde entonces se ha dedicado a estudiar los mecanismos involucrados en la generación y el mantenimiento del dolor persistente de diferente etiología, principalmente asociado a injurias del sistema nervioso. Desde hace unos años ha centrado sus investigaciones en el estudio del dolor que acompaña al cáncer, en particular el dolor neuropático asociado a la neuropatía periférica inducida por diferentes fármacos quimioterápicos.
La Dra. Graciela Luján Mazzone integra la Carrera de Investigador Científico del CONICET como Investigadora Adjunta. La Dra. Mazzone realizó sus estudios de grado de Licenciatura en Ciencias Biológicas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Posteriormente realizó su formación doctoral en Medicina Molecular en la Universidad de Trieste, Italia, con una beca otorgada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de Italia. Desde sus estudios postdoctorales en el departamento de Neurociencia del International School for Advanced Studies of Trieste (SISSA), Italia, se centra en el estudio de mecanismos y bases moleculares de las lesiones espinales.
Actualmente, la Dra. Mazzone desarrolla una línea de investigación de patologías espinales utilizando distintos enfoques experimentales y un abordaje multifactorial en modelos murinos. Es además docente en la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral y miembro del CICUAL.
Uno de los síntomas más frecuentes y que mayor deterioro genera en la calidad de vida de los pacientes con cáncer es, sin dudas, el dolor. Las dos causas más frecuentes de dolor en estos pacientes son el proceso tumoral en sí mismo, y los daños secundarios a los tratamientos que recibe, fundamentalmente la quimioterapia. En esta línea, muchos de los fármacos antineoplásicos utilizados actualmente, entre ellos taxanos como el paclitaxel utilizado en el tratamiento de tumores de mama, y derivados del platino como el oxaliplatino utilizado en el tratamiento de tumores colorectales, generan neuropatía periférica y dolor neuropático como principal efecto adverso.
Tal es el impacto negativo de esta neuropatía severa e incapacitante sobre el estado de salud general de pacientes ya aquejados por una enfermedad compleja como el cáncer, que su desarrollo obliga a la reducción de la dosis del agente quimioterápico, el retraso en la administración de un nuevo ciclo o incluso su suspensión, condicionando la efectividad del tratamiento antineoplásico y el pronóstico del paciente. Además, existe una limitada disponibilidad de tratamientos sintomáticos efectivos. Por lo tanto, la identificación de posibles blancos terapéuticos y la evaluación de estrategias que permitan idealmente prevenir o incluso revertir los procesos involucrados en el daño neuronal, y en el desarrollo de la neuropatía y el dolor neuropático asociado resultan de gran relevancia.
Los efectos neurotóxicos de los quimioterápicos incluyen deficiencias en el transporte axonal, neuroinflamación, disfunción mitocondrial y estrés oxidativo, entre otros procesos, y se centran en las neuronas aferentes primarias, neuronas sensitivas localizadas en los ganglios raquídeos, cuyos axones forman los nervios periféricos. Los síntomas de la consecuente neuropatía son principalmente sensitivos, con presencia de parestesias, disestesias, y dolor intenso y persistente, de tipo neuropático, y el diagnóstico es netamente clínico. Lamentablemente, la aparición de síntomas subyace a daños del sistema nervioso difícilmente reversibles, por lo que el estudio detallado de los mecanismos involucrados en el daño neurotóxico desencadenado por los quimioterápicos y la identificación de biomarcadores que permitan realizar un diagnóstico precoz, antes de la instauración de los síntomas, resultan imperiosos.
Se espera que los hallazgos obtenidos en los diferentes proyectos en los que se encuentra involucrado el Laboratorio permitan mejorar la salud y calidad de vida a largo plazo de los pacientes con cáncer.
La línea de investigación centrada en Dolor en Cáncer tiene como objetivos:
Por su parte, la línea de investigación en Dolor asociado a Lesiones del Sistema Nervioso se encuentra centrada en el estudio de los mecanismos y bases moleculares implicadas en el desarrollo de alteraciones locomotoras y dolor neuropático luego de lesiones espinales, a fin de identificar blancos terapéuticos.
Específicamente, el trabajo se concentra en caracterizar un modelo murino de daño traumático y químico espinal. El objetivo es identificar los mecanismos moleculares y celulares que puedan promover la regeneración espinal mediante estrategias neuroprotectoras combinadas basadas en la aplicación de nuevos fármacos y/o terapias regenerativas. Sobre la base de los resultados obtenidos se espera poder identificar nuevos blancos sobre los que diseñar estrategias terapéuticas traslacionales que permitan limitar, o al menos reducir, las consecuencias de la lesión medular aguda en su fase más temprana posible a fin de atenuar las pérdidas de capacidad locomotora y el desarrollo de dolor neuropático.